Son días de trabajo y kilómetros... me resulta extraño estar en lugares que alojan Olas de calidad envidiable y no poder asomarme a la playa... de hecho evito ver el mar porque me entra una impotencia enorme. Pasar por Ericeira y Peniche y no poder asomarse...cuesta.
Kilómetros interminables...
He llegado al hotel y tenía un regalo de mi amigo Arturo Candau. Lo comparto con vosotros...además de recordaros que si necesitáis fotógrafo en alguna ocasión deberíais ver su trabajo tan exquisito.
Que lo disfrutéis...