viernes, 20 de marzo de 2009

¿A dónde vamos?

Con aquel artículo que subí hace varios meses sobre el que se hablaba sobre la actualidad del surf concretamente en la Peninsula reabro el tema una vez pasado el invierno en el que todos hemos podido tomar nuestras conclusiones.
Como venia siendo habitual por el mundillo fantasma de internet en el que muchos surfers hablaban de su soulsurfing, podíamos ver como el ambiente estaba convulso, alocado y a punto de saltar a la primera. La tensión en el agua era casi habitual y los más veteranos exponían sus sentimientos de cómo la época dorada del surfing en la que ellos abrian el camino se había acabado. No resultaban extraños los enfados en el agua cuales Sunny García en Pipe Line, los cuales a mi entender siempre me han parecido lamentables y patéticos. La armonia del baño ya sólo se encontraba a última hora del día o muy temprano, en los baños había que llevar 4 ojos y un largo etc que mostraba una situación que no invitaba a concebir un porvernir ilusionante.

Pues bien, hoy día 20 de marzo una vez pasado técnicamente el invierno, creo que tienes un criterio que cuanto menos es posible que sea diferente respecto a esos momentos de tensión que como sabrás se encuadra en un día soleado de 25 grados con olas de metrito y a poder ser glassy.

Este invierno tras surfear muchisimo me ha servido, entre otras cosas, para ratificar mi teoria de la moda pasajera que ha supuesto el surf en determinadas ocasiones. ¿Dónde estaba la gente aquella mañana de 5 grados viento del norte y cielo emcapotado? ¿Dónde estaba el capitán trueno con cara de malote aquel día de temporal con series de 2 metros reales? ¿Dónde estaba el perdona vidas en aquel día donde el swell era tan potente que no te dejaba esconderte en una calita donde entrara más relajado? ¿Dónde estaba el que públicamente habla de su magistral reentry aquel día en el que había que remar 200 metros hasta el pico para coger la única ola a 2 palmas de las rocas?

Posiblemente la resaca no les permitiría a esas personas estar en aquellas sesiones asi que no se lo tendre muy en cuenta...

Asi que lanzo mi particular visión positiva y de buen futuro que afirma y cree feacientemente que el devenir del surf está alejado de esa masificación veraniega y primaveral que no responde a la realidad de los baños en el que la pura esencia de apanhar ondas está inmersa en unos valores que no se corresponden con esa situación de tensión de la que antes hablé, sino en una lucha placentera, instinto de superación y por supuesto tantas y tantas vivencias que hacen grande a eso de montarse encima de un trozo de foam recubierto de resina. Y no puedo finalizar sin agradecer a los míos por los tantos y tantos momentos que sin ellos 2 metros de ola glassy no habrían significado tanto para mí. Vivencias y momentos que le dan sentido a toda esta locura que nos envuelve cada día más.